Problemas sociales


Esta vez PERU PROBLEMA da a conocer el pensamiento del científico social peruano Carlos Delgado. Reúne en este volumen escritos suyos publicados independientemente en diversas revistas nacionales y extranjeras. El desarrollo social, tema central de estos ensayos, es concebido por el autor como un proceso de transformación orientado hacia la creación de un nuevo ordenamiento social dentro del marco de una sociedad históricamente determinada. Por consiguiente, ninguna definición puede aspirar a ser universal ni eternamente válida. Su validez, por el contrario, está siempre sujeta a consideraciones de tiempo y de lugar; es decir, a cuestiones relativas al contexto histórico. Implícita en la idea de proceso está la noción de permanente redefinición conceptual y normativa, que se concibe en términos de reinterpretaciones constantes, debido a que el proceso en cuanto tal no concluye nunca: participa de la durabilidad de la vida social. Lo que cambia son las interpretaciones siempre reelaboradas, impuestas por una siempre mutable realidad y también por la conquista de objetivos parciales. Concebido así el desarrollo social, como un proceso de transformación, él hace referencia a modificaciones radicales en la base estructural de una sociedad determinada; es decir, en el conjunto de relaciones concretas que tipifican el carácter y contenido real de esa sociedad. No sólo implica, por tanto, ruptura de las barreras internas por el esfuerzo de creación de un nuevo y distinto ordenamiento social, sino también y fundamentalmente, ruptura de los vínculos de dependencia que subordinan en gran medida las sociedades subdesarrolladas a las decisiones de centros foráneos de poder. Dentro de este juego de ideas, los objetivos del desarrollo social serán inalcanzables sin una alteración sustantiva de las estructuras de poder político, económico y social hoy imperantes en las sociedades subdesarrolladas; al mismo tiempo, por ser realidades inseparables, sin una radical cancelación de la dependencia que ata esas sociedades a los designios de poderes imperiales surgidos bajo distintos signos ideológicos y con diferentes sistemas económicos. La perspectiva para encarar la problemática del desarrollo social supone, por tanto, que los objetivos centrales del proceso de transformación que tal desarrollo implica, no pueden lograrse al margen del quehacer político de la colectividad socialmente organizada. No basta, en consecuencia, resolver problemas aislados. No es suficiente, tampoco, crear áreas de bienestar social mediante la cancelación de indeseables condiciones sociales circunscritas. Es indispensable, por el contrario, movilizar los recursos colectivos de la sociedad hacia formas de acción deliberada que, conscientemente, persigan objetivos políticos concretos en el doble nivel antes aludido. De este modo la acción para el desarrollo social deviene necesariamente en acción política. El enfoque sociológico del proceso mismo que se encarna y manifiesta en esa acción colectiva incorpora a su perspectiva analítica la totalidad de las relaciones estructurales concretas que definen la fisonomía de la sociedad real. Dentro de este marco teórico, Carlos Delgado analiza algunos problemas sociales del Perú contemporáneo. Uno de ellos se refiere a la vinculación conceptual muy clara entre la problemática de la marginación social y la problemática del subdesarrollo urbano. Al ser ambas inseparables, su conexión conceptual hace posible, además, el entronque lógico más directo de los problemas del subdesarrollo urbano con los vastos problemas de la sociedad total, entre ellos el de la dependencia estructural de las sociedades latinoamericanas. Los problemas del subdesarrollo urbano serían simplemente epifenómenos surgidos de una estructura interna y subyacente, no inmediatamente percibible, que los determina y los reproduce. De esta manera el subdesarrollo urbano pierde vigencia como campo temático autocontenido e insular y se cuestionan los planteamientos viviendistas y de renovación urbana exclusivos, que no van a las causas sino a las consecuencias. No es tampoco un problema puramente técnico, pero sí lo es político con lo que se reivindica el rol de la política en el planteamiento y en la solución de los problemas del subdesarrollo urbano. En el segundo ensayo Delgado propone un nuevo enfoque para dilucidar los problemas de estratificación social en el Perú liberado de la imitación, especialmente del esquema tradicional triclasista, por ser demasiado simple y rígido para reflejar la realidad social. El nuevo esquema que propone parte de la categorización y ordenación de los grupos sociales a lo largo de un continuum de poder que se establece entre dos realidades polares: los grupos que viven bajo condiciones extremas de dominación y los grupos que ejercen el mayor dominio. Entre estos polos del continuum se ubican todos los grupos integrantes del sistema nacional: tres sectores dominados (mundo rural e indio), cuatro sectores intermedios (mundo urbano y mestizo) y una clase dominante integrada por diversos grupos de poder (mundo metropolitano y "blanco"). Al plantear el problema de la movilidad social Delgado se refiere, en el tercer ensayo, al problema de la participación, mayor o menor, que individuos o grupos tienen en la utilización de las vías de comunicación internas, vías por las cuales se operan los desplazamientos desde los niveles bajos hasta los más elevados del sistema social imperante. En esta forma percibe el dinamismo de la movilidad social en dos niveles distintos; el primero, en el que operan los mecanismos de movilidad propios de los sistemas secundarios o inferiores: sistemas educacional y de administración... (leer más en http://lanic.utexas.edu/project/laoap/iep/ddtlibro10.pdf

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